jueves, 1 de noviembre de 2012

ÉTICA- La libertad-





Andamos a nuestro antojo, con el talante libre, tan humano.
Y lo hacemos de un modo valiente, pues tenemos la certeza de que no hay segundas oportunidades en esto del camino de  la vida.
Y en nuestra historia no hay vuelta atrás, no. No lo permite el tiempo.
Un fastidio esto de ser libres al tomar una decisión, o un giro, o un atajo ya que nunca sabremos si esa elección fue conveniente.
Lo peor es que nuestro compañero de viaje, la duda,  se clavará en la conciencia y gritará en silencio: “que hubiera sido de tu vida, si tú aquella mañana  hubieras hecho esto, o aquello,  o eso, o hubieras dicho, o ido, o…”

Un enigma perpetuo, que nos hace andar, patizambos, por ese camino tan humano de estar condenados a la libertad.
Como diría el filósofo  Jean-Paul Sartre:
“Estamos condenados a la libertad”
   
Un pequeño fraude esto de ser libre y no poder renunciar cuando nos apetezca a esa facultad tan humana.

Pero esto mismo que nos defrauda, nos permite a veces, construir nuestro mundo, inimaginable, distinto, siempre nuevo,  eso sí, mientras seguimos con la tarea ética de encontrar los motivos  del porqué:
¿ Por qué hice aquello en vez de esto?  ¿por qué elegí torcer en aquel cruce cuando, de antemano, antes de doblar, lo veía todo tan recto, tan claro y la solución de mis ilusiones confluían en aquella línea fina de mi horizonte, de un modo tan sereno?

Para eso sirve la ética.

Y cambiando de tema, si un día ya mayores o no tanto, os diese la emoción estética de leer, un trastorno loable, por cierto, os recomiendo de este mismo filósofo, un libro suyo autobiográfico lleno de fuerza.
“LAS PALABRAS”



No os decepcionará.




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