Schumann,
aprendiz de escritor, sajón, lisiado por atarse el dedo corazón durante
sus ejercicios de piano, pertenece a la generación de 1810.
La
época en que el corso Napoleón Bonaparte no se estará quieto. Ni aunque lo aten
a una silla. En fin.
Oiremos
durante este año en nuestro blog, muchas
piezas de esta generación.
Coincidencia
esto de nacer varios grandes un poco a
la vez.
Os
dejo un estudio de piano de él. De Schumann.
Y
mientras lo escucháis, de paso, leed a Juan Ramón Jiménez. Sabéis que tengo
preferencia por este neurasténico, hipocondriaco, enfermizo, obsesivo, etc. Y etc.
Y etc., y gran poeta.
Desde
la pureza de su palabra, nos acercará a nuestro Oráculo de Delfos, a
nuestro particular “conócete a ti mismo”.
Soy este
que va a mi lado sin yo verlo;
que, a veces, voy a ver,
y que, a veces, olvido.
El que calla, sereno, cuando hablo,
el que perdona, dulce, cuando odio,
el que pasea por donde no estoy,
el que quedará en pie cuando yo muera.
Juan Ramón Jiménez
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